No es un adverbio de negación español y de otras lenguas romances y también cuasiprefijo.
Dentro de la gramática tradicional, no se clasifica como un adverbio de negación; sin embargo, su comportamiento morfosintáctico es más complejo que el de los adverbios convencionales.
Por ejemplo, no es incompatible con algunas formas del verbo, como el imperativo: El comportamiento de (1b) es paralelo al comportamiento del complementador que en (2): Lo cual sugiere que, sintácticamente, la negación ocupa una posición fuera del sintagma verbal.
Algunos autores han analizado el no del español como un clítico preverbal que precede a los clíticos pronominales aduciendo la formación de preguntas para justificar que como clítico se desplaza con el verbo:[1] Además, la partícula no en español es un cuasiprefijo cuando aparece en expresiones como los países no-alineados o los no-cristianos, pero dicho no debe considerarse un homófono del negador verbal (en otras lenguas romances los dos tipos de "no" se distinguen: francés ne/non, italiano non/no.
Se suele usar esta negación verbal de manera irónica o sarcástica como respuesta a quien hace una pregunta fuera de lugar cuando se trata de un asunto muy obvio, por ejemplo: (Estando en un quirófano): — Doctor ¿estamos operando?