[2][4][5] La primera contraofensiva se realizó en 1979 y la segunda en 1980; ambas fracasaron, tanto política como militarmente.
[10] Ese mismo año la larga dictadura franquista en España daba paso a un régimen democrático liderado por el Partido Socialista Obrero Español.
El informe fue aprobado en 1980 describiendo con claridad la metodología y las acciones del terrorismo de Estado aplicado por la dictadura.
[17][20][1] Lo cierto es que Galimberti venía trabajando desde tiempo atrás, en forma reservada, en contra de la operación y ahora, ayudado por Juan Gelman, aceleró esas gestiones.
Algunos militantes ya prontos a retornar, como Abel Madariaga (alias Manuel), fueron convencidos de desistir.
Para ese hecho contó con la ayuda de dos dirigentes montoneros aliados: Pablo Fernández Long y su esposa, Victoria Elena Vaccaro, que estaban hospedados allí mismo.
[1][25] Los tres pelotones de TEA hacían transmisiones clandestinas con discursos dirigidos en forma puntual a alguno de los conflictos gremiales en curso, pero si bien despertaban simpatía entre los obreros, su penetración política fue escasa o nula.
Se llegó al punto de que Regino Adolfo González (alias Gerardo) dio libertad a los integrantes del grupo I, a su mando, para salir del país si lo quisieran, motivo por el cual se le acusó de “traición criminal”.
[34] Sin embargo, el atentado fracasó; Alemann resultó ileso y a las pocas horas estaba trabajando en su despacho.
Los tres motoneros que ametrallaron y asesinaron a Soldati pudieron escapar.
[27][36][37] Días después, Montoneros perpetró otro ataque con explosivos, dejando solo daños materiales.
[38] La primera contraofensiva finalizó con la muerte o desaparición de unos 80 militantes y sin logros políticos.
Las fuerzas de seguridad revisaron otros depósitos guardamuebles en todo el país y encontraron más armas pero en lugar de darlo a conocer reservaron la noticia y pusieron vigilancia donde las encontraban.
La Conducción seguía enviando guerrilleros cuyo destino era la detención, la tortura y la muerte o la desaparición, salvo muy escasos casos en que el apresamiento fue legalizado y se los entregó a la justicia; recién en diciembre la Conducción dio por terminada la segunda contraofensiva.
Excluido en un primer momento por el presidente Carlos Menem del indulto otorgado a los jefes guerrilleros y militares, finalmente el decreto 2742/90 del 29 de diciembre de 1990 le otorgó la libertad a Firmenich (Boletín Oficial, 3/Ene/1990, pp 9-10).
[6] Perdía mismo reconoció que el costo humano y político fue altísimo.
[59] Por su parte el juez Claudio Bonadío abrió una causa para investigar si Firmenich había sido informante y entregador, pero no encontró pruebas de ello.
[25][60][61] Un enfoque contextualizado similar surgió de la investigación judicial, en la "Megacausa Contraofensiva", llevada adelante entre 2020 y 2023.