Contradanza

[2]​ La contradanza fue muy popular en España y su fama se extendió a través de la América hispana durante el siglo XVIII.

[3]​ Pero de acuerdo a la opinión de otros importantes musicólogos cubanos, tales como Zoila Lapique y Natalio Galán, es muy probable que la contradanza fuera introducida en La Habana directamente desde España, Francia o Inglaterra varias décadas antes del período señalado por Carpentier.

La más antigua contradanza cubana que ha llegado hasta nosotros es “San Pascual Bailón”, la cual fue compuesta en 1803.

La contradanza cubana era usualmente ejecutada por un conjunto llamado orquesta típica, que estaba compuesta por dos violines, dos clarinetes, un contrabajo, corneta, trombón, un oficleido, paila y güiro (Alén 1994:82).

La habanera "La paloma" del compositor vasco Sebastián Iradier logró obtener gran fama en España y las Américas.

La contradanza fue adoptada por todas las clases sociales y tuvo gran éxito en los salones de Francia e Inglaterra.

La canción habanera adquirió tanta fama internacional que muchos compositores cultivaron el género, tal como Jules Massenet, que incluyó una habanera en su ópera “Le Cid” de 1885, así como también Georges Bizet en su ópera “Carmen.

[6]​ Desde España el estilo llegó a Filipinas, donde aún existe como una forma de arte menor.

[11]​ Este ritmo superpone acentos binarios o ternarios en forma de “ritmo compuesto” o “hemiola vertical”,[12]​ y es muy utilizado en África y en la práctica musical de muchos otros países con influencia africana.

Ambos términos fueron indistintamente utilizados para denominar lo que era esencialmente una misma cosa, a través del siglo XIX.

Si los ritmos y sus variantes fueron transportados directamente desde Cuba, o simplemente reforzaron algunas tendencias que ya se encontraban presentes en Nueva Orleans, es probablemente imposible de determinar.

[22]​ Las antiguas bandas de jazz en Nueva Orleans incluían habaneras en su repertorio, y el “tresillo” de la habanera era un elemento característico del jazz durante el paso al nuevo siglo XX.

[23]​ La pieza “Solace” de Scott Joplin (1909) es considerada una habanera (aunque fue originalmente denominada como una “Serenata mexicana”).

El mismo Handy anotó una reacción al ritmo de la habanera incluido en “Maorí” de Will H. Tyler: “Observé que hubo una súbita y positiva reacción a ese ritmo… los bailadores blancos, tal como antes lo había observado, tomaron el número con aceptación.

Yo comencé a sospechar que había algo negroide en ese ritmo.” Después de notar una similar reacción al mismo ritmo en “La Paloma”, Handy lo incluyó en su “St.

[24]​ Jelly Roll Morton consideraba al “tresillo de habanera” (que el llamaba “Spanish Tinge” o “Color español”) como un ingrediente esencial del jazz.

[25]​ Ese ritmo puede ser escuchado interpretado por la mano izquierda en canciones como “The Crave” (1910, grabada en 1938).

En una de mis primeras composiciones, “New Orelans Blues”, es posible apreciar el “Color español”.

Georges Bizet (1838–1875) incluyó una habanera en su ópera Carmen (1875), basada en la habanera de Sebastián Iradier El arreglito .
Arriba: ritmo de habanera. debajo: hemiola vertical
El ritmo de habanera como "tresillo" combinado con la pulsación fundamental.
Una variante del ritmo de habanera. [ 14 ]
W. C. Handy (1873-1958), con 19 años.
Scott Joplin (c. 1867-1917)
El patrón rítmico “Big Four” de Buddy Bolden. [ 28 ] Play