La Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino, formada en septiembre de 1808 en Aranjuez, fue un órgano que ejerció los poderes ejecutivo y legislativo españoles durante la ocupación napoleónica de España.Una vez sometida Portugal, las tropas francesas continuaron entrando en España, pero en lugar de continuar transitando hacia Portugal fueron ocupando, sin ningún respaldo del Tratado, diversas localidades, como Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras.Esta ocupación «amistosa», no obstante, terminó por alarmar al propio Godoy.En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró a la localidad de Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia el sur, hacia Sevilla, después hacia Cádiz y, finalmente, embarcarse para América, como ya había hecho la familia real portuguesa.Madrid fue ocupada por las tropas francesas del mariscal Murat el 23 de marzo, que fue recibido por Fernando como aliado, confiando todavía en que Napoleón cumpliría el Tratado de Fontainebleau.Pero el emperador ya había advertido que en España existía un claro vacío de poder político, pues tanto Carlos como Fernando acudían a él para pedir apoyo a sus respectivas pretensiones, a lo que hay que añadir la ventaja militar que le otorgaba la ocupación de numerosas plazas españolas por las tropas imperiales y la salida de las tropas españolas hacia Portugal.[15] Al mismo tiempo, se pretendía mantener la lealtad de las distintas juntas creadas en Ultramar, recelosas ante los precipitados acontecimientos.A todo esto ayudó el gran prestigio de que gozaba en América el presidente de la Junta, tras su paso como comisionado regio e intendente por aquellas latitudes.Sin embargo, 170 soldados voluntarios tarraconenses escaparon y, tras combatir con los franceses por el camino, llegaron a Sevilla.Los propios portugueses, sugeridos por la iniciativa, se rebelaron contra los franceses y enviaron a varios comisionados del Alentejo a tratar del asunto con la Junta sevillana y a pedir ayuda y ofrecieron, además, muchos puestos defensivos que tenían en el Guadiana.Todo el norte estaba en insurrección y en Oporto se había formado una Junta a semejanza de las españolas.[19] Las tropas napoleónicas fueron descendiendo hacia el sur y ya pasaban Sierra Morena.Entonces la Junta sevillana envió infantería y caballería al comandante encargado de combatir a los franceses por aquella parte, Pedro Agustín Echévarri.Además, se envió un pequeño tren con artillería, municiones y mulas cargadas a la defensa de Andalucía.Los españoles serían derrotados en Alcolea, y la noticia llegaría a Sevilla el 8 de junio, generando alarma entre la población.Sin embargo, en Sevilla, Francisco de Saavedra continuó con sus esfuerzos organizando tropas y cuestiones políticas.Al poco tiempo se presentó Santiago Withingham, en nombre del almirante Collingwood y el general Spencer, ratificando la alianza británica, así como ofreciendo 6000 o 7000 hombres.Sin embargo, aún no se habían juntado suficientes para frenar a las tropas de Dupont, que contaba con 18 000 hombres.[27] El 12 se celebraron exequias solemnes por los militares fallecidos en esa acción.[27] Entretanto, la Junta se centró en formar un segundo ejército para auxiliar las operaciones del primero.[29] Tras la victoria en la batalla de Bailén, el sentimiento patriota recorrió buena parte del país, haciendo caer en la trampa, no solo al pueblo, sino a muchos generales, de que la guerra ya estaba ganada.[40] Este esquema fue criticado en América por proporcionar una representación desigual a los territorios de ultramar.Varias ciudades importantes y grandes quedaron sin representación directa en la Junta Suprema Central.En particular, Quito y Charcas, que se veían a sí mismas como las capitales de reinos, resentían ser subsumidas en el "reino" más grande de Perú.Este malestar en las elites criollas, junto al miedo en el pueblo llano de que las autoridades españolas pudieran entregar América a los franceses (tras noticias de que el ejército napoleónico volvió a ocupar Madrid), condujo al establecimiento de juntas en estas ciudades en 1809, que finalmente fueron anuladas por las autoridades en el año.[32] Pese a ello, para evitar el problema de la representatividad desigual, las elecciones americanas de representantes a la Junta se hicieron bajo los procedimientos electorales existentes entre las corporaciones coloniales, siguiendo principios y prácticas medievales del tradicionalismo hispánico.Se trasladó a Talavera de la Reina, en Castilla-La Mancha, donde celebró dos sesiones.Luego se trasladó a Trujillo, en Extremadura, donde estuvo cuatro días.Sin embargo, el miembro americano, el mismo día de la constitución del consejo debió ser suplido por su compañero Miguel de Lardizábal y Uribe con el pretexto de que no había nacido en América[49] y, además, la regencia no acabó por completarse hasta que monseñor Quevedo pudo presentarse, cuatro meses más tarde,[32] si bien, al hallarse tres de los regentes, el mínimo requerido por la propia Junta,[47] ésta podía desempeñar su labor.[52] La instalación se llevó a cabo mientras la mayor parte del territorio de la España peninsular estaba bajo la invasión de Napoleón Bonaparte y las comunicaciones marítimas con la España americana permanecían bloqueadas.