Connor MacLeod

[2]​ Connor MacLeod nació en el año 1518 en las Highlands (Tierras Altas) escocesas, en la aldea de Glenfinnan a orillas del Lago Shiel.

En 1541 Connor fue localizado por un inmortal mucho mayor, que se presentó como Juan Sánchez Villalobos Ramírez (Sean Connery).

Según la novelización, su verdadero nombre era Tak-Ne y era oriundo de Egipto, donde había nacido en el año 896 a. C. Se había convertido en inmortal en el 851 a. C., a los 45 años de edad, viajando desde entonces por el mundo hasta llegar a Japón a principios del siglo VI a. C. Allí había contraído matrimonio con la princesa Shakiko, su tercera esposa e hija del herrero Masamune, un genio de la metalurgia adelantado a su tiempo, quien regaló a Tak-Ne su emblemática katana en el 593 a. C., convirtiéndola en un artefacto insólito y sin precedentes, ya que la técnica de forja utilizada para crear su hoja no se generalizaría en Japón hasta muchos siglos después.

Connor permaneció junto a su esposa hasta que Heather murió al fin en sus brazos en 1590, vencida por la edad y sin haber podido darle hijos como anhelaba (los inmortales son estériles).

Una joven forense de la Policía, Brenda Wyatt (Roxanne Hart) pronto comienza a entrever que hay algo extraño en la identidad de Russell Nash y comienza a investigarlo por su cuenta cuando descubre que Nash puede ser el dueño de una katana Oopart, la insistencia de la joven despierta sentimientos encontrados en el escocés, ya que por un lado la atracción mutua es evidente e intensa, sin embargo, Connor no desea volver a abrir su corazón a una persona que, desde su perspectiva, es una existencia efímera.

En paralelo el Kurgan toma la cabeza del inmortal Sunda Kastagir, un amigo muy apreciado de Connor, quedando ambos como los últimos, por lo que, ante la evidencia del irrefrenable amor que se profesan Brenda y MacLeod, el Kurgan secuestra a la forense y reta al escocés al duelo final.

Contra todo pronóstico Connor logró tomar la cabeza del primer asesino y gracias al poder de su quickening recobró su juventud e inmortalidad y con el del segundo trajo a la vida a Ramírez.

Furioso por este hecho, el inmortal asesinó al sacerdote y a todos los involucrados, incluido Jacob Kell, acólito e hijo adoptivo de Rainey, tras lo cual abandonó la aldea sin saber que el novicio resucitaría como un inmortal.

Diez años después, Kell ataca el Santuario y asesina a todos los inmortales allí recluidos.

Connor se presenta ante su primo revelando que, como en todas las ocasiones anteriores, Kell lo ha dejado vivir para prolongar su sufrimiento.