Lo formaron delegados que habían sido nombrados por las legislaturas estatales.
Sin embargo, Gran Bretaña continuó ocupando la Ciudad de Nueva York mientras una delegación estadounidense en París, nombrada por el Congreso, negociaba la paz.
El Congreso tenía poco poder y sin la amenaza de guerra contra Gran Bretaña, se volvió más difícil alcanzar quórum.
No obstante el Congreso se las arregló para aprobar leyes importantes como la Ordenanza Noroeste.
[1] El Congreso envió la Constitución a los estados, y la Constitución fue ratificada por un número suficiente de estados como para entrar en vigor en septiembre de 1788.