[2] El tenor Enrico Caruso, enamorado de Buenos Aires desde su primera visita en 1899, solía frecuentarla.
[1] En julio de 1890 el negocio se trasladó a la esquina del frente.
[1] La confitería volvió a su lugar de origen hacia 1974, siendo frecuentada por Jorge Luis Borges, Leopoldo Torre Nilsson, Aníbal Troilo, y deportistas como Roberto De Vicenzo y Guillermo Vilas.
[2] En 1975 tuvo otra sede en la calle Brasil 780, en el barrio de Constitución, donde instaló su casa matriz, a la que luego adosó un hotel.
En 2011 el empresario Ricardo Fernández compró algunos inmuebles que habían quedado a nombre de esa sociedad y con el arquitecto Víctor Dellavechia reconstruyeron la marca y concretaron la vuelta a fines de 2015 reabriendo el local de Callao al 1025, sin embargo fue cerrado hacia 2017.