siglo VIII a. C.-338 a. C.)[1] fue una confederación de aproximadamente 30 aldeas y tribus latinas, cercanas a la antigua Roma, organizada para asegurar su mutua defensa.
[1] Desde el comienzo de la República, Roma ejercía un poder predominante sobre el resto de las ciudades latinas, y les había impuesto un pacto de privilegio para ella, llamado foedus Cassianum, que comenzaba con estas solemnes palabras: "Haya paz entre los romanos y todas las ciudades latinas mientras la posición del cielo y la tierra siga siendo la misma...".
Tras conseguir dominar toda la región del Lacio y someter a volscos y ecuos, Roma tuvo que afrontar durante 50 años tres nuevas guerras con otros pueblos itálicos, conocidas como las guerras samnitas.
Éstos, cansados de las continuas incursiones samnitas, pidieron ayuda a Roma, que aprovechó la coyuntura para expandir su dominio.
A pesar de esta victoria parcial en las Horcas Caudinas, los samnitas fueron derrotados, y se rindieron definitivamente en el año 290 a. C., dejando a Roma el camino libre para expandirse hacia el sur de la península.