Condado de Rosellón

Este primitivo condado, que comprendía las comarcas históricas de Plana del Rosellón, Conflent y Vallespir, lo creó el rey visigodo Liuva I en el año 571.Durante estos cuarenta años de dominio sarraceno, el condado del Rosellón queda prácticamente despoblado.Pipino el Breve restableció el antiguo condado visigótico, fijando la capital en Ruscino; los condes poseían un castillo, el "Castrum" o "Castellum Rossilio", por eso Ruscino pasó a llamarse Castellrosellón (en catalán: Castellrosselló).Con la muerte de Luis el Tartamudo (879), se inicia la descomposición del Imperio carolingio.El conde Guislaberto del Rosellón, trasladó su residencia condal desde Castellrosellón hasta una villa llamada Perpiñán, la cual inició un ascenso continuado hasta acabar convertida en la capital del Rosellón, en detrimento de Elna, la sede episcopal rosellonesa.La crisis política rosellonesa se acentuó con la sublevación de Gerardo contra su padre, Gausfredo III.En 1162, Gausfredo III se reconcilió con su hijo y Gerardo obtuvo el señorío de Perpiñán siendo reconocido, nuevamente, como heredero del condado.En su testamento Gerardo II estableció que el Rosellón «todo íntegramente lo doy a mi señor el rey de los aragoneses» por la fe depositada en su soberano Alfonso II, que fue inmediatamente reconocido como rey en Perpiñán.[1]​ En los círculos políticos roselloneses, ante la extinción del linaje condal parece que se juzgó más conveniente unirse a la Corona de Aragón.Véase al respecto la explicación aportada por Santiago Sobrequés en Els Barons de Catalunya, Ed.Por haber resistido este largo y penoso asedio, Juan II concedió a Perpiñán el título de Fidelíssima Vila.La represión francesa fue extrema, y se produjeron varias revueltas contra los ocupantes, como la del 1477.La nueva administración francesa dará al territorio el nombre de provincia del Rosellón.Tras la anexión estos pueblos pasaron al obispado de Elna, posteriormente trasladado a Perpiñán en el siglo XVIII.
Representa un juramento de lealtad de los hombres de Perpiñán a Alfonso II el Casto al tomar posesión este último del país del Rosellón.