En el verano de 849 Carlos el Calvo decidió atacar Aquitania.
Alerán no tuvo demasiadas dificultades para instalarse en sus condados, menos en Barcelona.
Guillermo pidió ayuda del emir Abderramán II.
Cuando en febrero de 850 Carlos el Calvo dejó Aquitania, los nobles volvieron a conceder su favor a Pipino II Sacho Sánchez (un noble enemigo de Carlos), se hizo con el poder en Burdeos y Gascuña, y Guillermo se presentó en Barcelona con los soldados árabes bajo el mandato de Abd al-Karim ben Mugith, asediando Gerona sin llegar a conquistarla.
Como represalia por la muerte de su aliado, los árabes atacaron y conquistaron Barcelona el 851-852 saqueando y diezmando la población, aunque se retiraron después.