[9][10][11] Este último edificio fue propiedad familiar hasta que pasó a manos estatales por expropiación tras la Revolución cubana.
Además la duquesa de Medina Sidonia fue condenada a pagar la reparación hasta 1.800.000 euros.
Los administradores del palacio, en sustitución de la madre, fueron sus hijos Gabriel y Pilar.
Cuando la duquesa de Medina Sidonia murió se conoció que había hecho desaparecer todo su patrimonio.
Llegando incluso a vender, sin percibir precio alguno, importantes inmuebles pocos días antes de morir y dejando, por tanto, en ruina el palacio de la Mortera.