El conclavismo es una postura teológica dentro del catolicismo tradicionalista, que se refiere a la reivindicación de elegir a un papa distinto o alternativo al papa actual.
Fue fundada en 1978 por Clemente Domínguez y Gómez, quien se autoproclamó papa con el nombre de Gregorio XVII, poco después de recibir la consagración episcopal del arzobispo vietnamita disidente Pierre Martin Ngô Đình Thục.
Esta Iglesia no reconoce a ningún papa posterior a Pablo VI y afirma ser la continuación legítima del papado, basándose en supuestas apariciones marianas que sostienen que los pontífices romanos desde 1978 están excomulgados y que la Santa Sede fue transferida a su sede en El Palmar de Troya.
Dirigida actualmente por Joseph Odermatt, conocido como Pedro III, la Iglesia palmariana ha sido descrita por diversos medios y exmiembros como una secta religiosa, con prácticas que incluyen la prohibición de ver películas o televisión, abstenerse de votar o leer periódicos, y la exhortación a cortar todo contacto con exmiembros y personas ajenas a la Iglesia.
[7] Este grupo, identificado como la "Iglesia Católica Apostólica Remanente", sostiene una adherencia a la Iglesia de Jesucristo como Una, Santa, Católica y Apostólica, pero se desliga de su identificación con Roma, a la que califican como "Babilonia la Gran Ramera".