Concepción Cabrera de Armida

Sus padres Octaviano Cabrera Lacavex y Clara Arias Rivera, eran de posición acomodada pero sencilla.

Fue una niña sencilla y común, noble y traviesa como cualquiera otra, refiere: "Desobedecía a mis padres, les pegaba a mis hermanos, me robaba el dulce y la fruta", sin embargo profesaba un amor especial a la Eucaristía.

Concepción Cabrera se dedicó al estudio y al apoyo del estudio de sus hijos, nunca entró a la vida religiosa.

Un día según menciona, escuchó con claridad una voz, que decía: "Tu misión es salvar almas".

“Pensando yo que la obra de la Cruz o su fin no es otro que el cristianismo o el Evangelio, e interrogando al Señor cómo esto puede ser novedad, estando escribiendo me contestó: Que este espíritu está muerto en unas almas, oscurecido en otras y torcido en muchas y que la obra de la Cruz viene a resucitarlo a iluminarlo, a enderezarlo”.

Al respecto, Conchita decía: "A mí nunca me inquietó el noviazgo en el sentido de que me impidiera ser menos de Dios.

Al acostarme, ya cuando estaba sola, pensaba en Pancho y después en la Eucaristía que era mi delicia.

[3]​ El 22 de mayo de 2008 Jorge Treviño tenía una parálisis general por la cual no podía caminar y casi sin moverse y estaba hospitalizado en el hospital San José en Monterrey N.L.