Los compuestos organobromados están sometidos a mayor vigilancia por su impacto ambiental.
Los sustratos bencílicos o alílicos que contienen grupos carbonilo son especialmente propensos para estas reacciones.
Este compuesto y el anhídrido tetrabromoftálico son precursores de polímeros cuyo esqueleto está formado por enlaces covalentes bromo-carbono.
Otros retardantes del fuego, como el hexabromociclododecano y los éteres de bromodifenilo, son aditivos y no se unen químicamente a los materiales que protegen.
El uso de los pirorretardantes organobromados está creciendo, pero también es controvertido debido a que son contaminantes persistentes (COP).
Ambas aplicaciones están disminuyendo debido a consideraciones ambientales y de salud.
Está creciendo el uso de biocidas organobromados utilizados en el tratamiento del agua.
Entre los productos farmacéuticos organobromados comercialmente disponibles tenemos el vasodialator nicergolina, el sedante brotizolam, y el agente contra el cáncer pipobroman.
Se producen varios medicamentos como el bromuro de metilo (o sus equivalentes, las sales de bromhidrato), pero en tales casos el bromuro sirve como un contraión inocuo sin ningún significado biológico.
Su abundancia refleja la fácil oxidación del ion bromuro hasta su equivalente Br+, un electrófilo potente.