En general, estas aplicaciones están disminuyendo al ritmo de las crecientes preocupaciones sobre su impacto sobre el medio ambiente y la salud humana.El compuesto salvarsán fue uno de los primeros productos farmacéuticos, haciéndole ganar un premio Nobel a Paul Ehrlich.Estas aplicaciones son controvertidas ya que introducen formas solubles de arsénico en el medio ambiente.Los compuestos de arsénico (V) que contienen sólo ligandos orgánicos son raros, siendo el miembro más preeminente el derivado pentafenílico As(C6H5)5.Una ruta importante vía para compuestos de dimetilarsénico comienza con la reducción del ácido cacodílico (véase más arriba): Son conocidos diversos heterociclos que contienen arsénico (III).Entre los ejemplos se incluyen la infame "Lewisita" (dicloruro de clorovinil-2-arsénico), "Clark I" (clorodifenilarsina) y fenildicloroarsina.[6] Por ejemplo, el moho Scopulariopsis brevicaulis produce cantidades significativas de trimetilarsina si está presente el arsénico inorgánico.Sin embargo, existe poco peligro al comer pescado porque este compuesto de arsénico es prácticamente no-tóxico.[8] La arsenobetaína fue identificada por primera vez en la la especie de langosta espinosa australiana (Western rock lobster).[11] Aunque el arsénico y sus compuestos son tóxicos para los seres humanos, uno de los primeros antibióticos sintéticos fue el Salvarsán (cuyo uso ha sido ya descontinuado).