[1] Fue comercializado bajo la marca de «Salvarsán» en 1910 y se denominó la «bala mágica» del bacteriólogo alemán Paul Ehrlich.Más tarde inyectó estos compuestos en ratones previamente infectados con el organismo causante de la enfermedad, la Treponema pallidum.En 1910, fabricó y probó el compuesto número 606, la arsfenamina, que restablecía plenamente a los ratones infectados.Este compuesto sintético resultó ser eficaz, curando la enfermedad y sin ser tóxico para el paciente.Hoy en día ya no se utiliza salvarsán para tratar la sífilis, ya que fue reemplazado en la década de 1940 por un producto mucho más efectivo, el antibiótico penicilina,[3] descubierto en 1928 por Alexander Fleming, científico influido en sus investigaciones por el propio Ehrlich.