Compra por impulso

Los artículos que se han comprado por impulso corresponden a un comportamiento del tipo:[1]​

Aunque la compra sea espontánea, la elección del producto o servicio no tiene que ser necesariamente aleatoria.

Para ello, los productos deben destacar sobre los demás, tratando de apelar emocionalmente al consumidor.

Las estrategias para influir en la compra impulsiva se basan principalmente en dos aspectos: el precio y la publicidad en el lugar de venta.

Ejemplo de ello son los productos que se suelen colocar en los mostradores o junto a las cajas registradoras en supermercados y grandes superficies.

Niños eligiendo peluches de las cestas.