El compostador “ideal” es aquel que puede dejarse a la intemperie sin que se deteriore, fácilmente manipulable y accesible por su parte superior para depositar los restos orgánicos, y por la parte inferior o el lateral entero para la extracción del producto final, el compost.
En un compostador los restos están resguardados de las inclemencias del tiempo (sol, lluvia, viento); por tanto, no será necesario prestarles una atención ni dedicación especial y el proceso será 3 ó 4 veces más rápido.
Por otro lado, el compostador puede instalarse en cualquier sitio sin que moleste a los vecinos.
Los animales, como perros, gatos o ratones, no pueden entrar en el compostador ya que se trata de un recipiente cerrado diseñado para evitar que puedan entrar.
Es necesario, sin embargo, instalarlo a nivel de la superficie, sin dejar ranuras.