Según los observadores, su máximo brillo era tal que se podía estudiar durante el día.
El Kohoutek se promocionó a bombo y platillo, pero tuvo una aparición decepcionante: el West hizo exactamente lo contrario.
No tuvo apenas repercusión pública, ya que nadie quiso hacer el ridículo de nuevo haciendo predicciones optimistas.
El periodo orbital del cometa está estimado en unos 558 000 años.
Esta fragmentación ha sido una de las pocas observadas en épocas históricas hasta 1970.