De bello civili

[1]​ La obra empieza un poco después de los acontecimientos narrados en los Comentarios a la guerra de las Galias, exactamente unos días antes del cruce del río Rubicón en enero del año 49 a. C. y abarca los hechos ocurridos entre esa fecha y el año 48 a. C., terminando en el momento en que César llega a Alejandría.

[3]​ El segundo libro comprende los acontecimientos del resto del año 49 a. C., en tres escenarios principales: Marsella, sometida a asedio por las tropas cesarianas; Hispania, con el final de las operaciones en esa provincia y África, donde se narra el desastre de los ejércitos cesarianos al mando de Cayo Escribonio Curión.

Al parecer, César era un gran orador, así lo atestigua Suetonio,[8]​ y por ello era capaz de escribir en un latín de gran perfección sintáctica.

Este dominio del lenguaje y de la retórica que había aprendido a usar durante su etapa como abogado, le permitió que, oculto tras una apariencia objetiva y distante, se encuentre en realidad no un informe militar, ni unas memorias, sino la exaltación de un señor de la guerra; pero esto no quiere decir que César mienta conscientemente en sus comentarios o que éstos deban ser execrados como falsedad.

[7]​ La obra nos ha sido transmitida básicamente mediante ocho manuscritos en los que siempre se hallan juntos el De bello civili y los Tria bella.