La población se sitúa a una altitud aproximada de 1030 m s. n. m. El terreno es en general muy accidentado.
[4] Este lugar tendría, pues, una importancia estratégica y política excepcionales durante el periodo prerromano.
El sometimiento de los cántabros y astures por Augusto (siglo I a. C.) debió mermar la importancia de los antiguos asentamientos cántabros, ya romanizados, y provocar por último su desaparición con la descomposición del imperio (hacia el siglo IV a. C. ).
Aún en los albores del siglo XX la importancia de estas familias hidalgas era manifiesta, aunque su poder fuera más honorífico que real.
Durante el fin del Antiguo Régimen en el siglo XIX, la localidad se constituyó en municipio constitucional,[6] que en el censo de 1842 contaba con 18 hogares y 94 vecinos, denominado entonces como Colmenares, para posteriormente[7] integrarse en Dehesa de Montejo.
En el siglo XX, los profundos cambios que sufrió la humanidad en su conjunto dejaron su huella en Colmenares.
La despoblación de las zonas rurales, motivada por el éxodo hacia las grandes ciudades, ha sido la consecuencia más evidente.