Este primer asentamiento se encontraba cercano a la universidad.
Esta nueva iglesia fue consagrada en 1729 aunque no se finalizaría hasta tres años después.
[5] El colegio tenía como templo la iglesia de Belén, hoy conservada.
Al noroeste de la iglesia se extendía el edificio del colegio que contaba con un amplio patio cuadrado con flancos porticados.
De acuerdo con el jesuita Francisco Javier Fulviá, el colegio albergaba la espada que San Ignacio había ofrecido a la Virgen María en Manresa, así como otros objetos del santo venerados como reliquias.