La construcción de la iglesia colegiata -dedicada a los santos Pedro y Orso- se produjo en tiempos de Anselmo quien fuera obispo de Aosta entre el año 994 y el 1025 (no es el mismo Anselmo que es santo y filósofo católico).
Se edificó también el Priorado, formado por tres cuerpos de fábrica en estilo renacimental, reunidos en ángulo y con una torreta octagonal.
La parte inferior se puede datar en el siglo XII y está formada por enormes piedras que fueron arrancadas a monumentos romanos.
El claustro es una parte de un complejo monástico agustiniano, que se estableció en la ciudad en el siglo XII, junto a las murallas, en contacto con la antigua Vía Francígena, la arteria principal de paso para los peregrinos que se dirigían a los grandes templos de la cristiandad.
A los capiteles, para impermeabilizarlos, se les aplicó un compuesto transparente mezclado con cenizas, que al oxidarse con el tiempo las ha oscurecido.