[1] Durante toda su vida, Mac Kellar, que nunca se casó ni tuvo hijos, se dedicó a aumentar la colección que heredó de sus progenitores, Pedro Mac Kellar y Berta Jaraquemada.
[3] Esto sucedió en parte gracias a que "su hermano artista participaba en el taller del gran Tótila Albert y de Kurt Herdan.
Como explicó, Mac Kellar "quería que lo medular de su colección —unas 100 obras— se mantuviera junta.
El crítico de arte Waldemar Sommer, después de ver los cuadros ya colgados en la restaurada casona, escribió: «Encontramos ahí obras que pareciera que vemos por primera vez.
Escasos pasos más allá, vibra la elegancia de un José Tomás Errázuriz.
[8] Los delincuentes habían alcanzado a vender al menos nueve óleos[9] En los meses siguientes, la policía recuperó otros seis cuadros.