[1] Tuvo su origen en la «macarraca», plato que se tomaba a media mañana en los días calurosos y que se hacía sobre el terreno, bien en el tajo del segador o en hato del pastor, ya que era donde llevaban los ingredientes: agua fresca, aceite, vinagre, sal (en aceiteros y saleros de astas de buey) ajo y pan.
[1] Similar al antiguo gazpacho, los extremeños suelen considerarlo, dado su primitivismo, como un antecesor del mismo.
A la mezcla majada se le añadía el vinagre, la sal y el agua.
El objeto del plato era refrescar sin llenar en demasía, para que se pudiera continuar con la faena.
[1] Con la llegada a tierras extremeñas de los productos que llegaban del Nuevo Mundo, se suprimió parte del agua, convirtiéndose en una pasta clara a la que se incorporó un abundante picado (nunca majado) de tomates, pimientos y cebolla, siendo ésta la actual receta del cojondongo.