Data del siglo IX y probablemente tiene su origen en la abadía de Fulda.
Además, contiene una presentación del alfabeto griego, el alfabeto hebreo, las runas anglosajonas y escandinavas, estas últimas en forma de un breve poema rúnico conocido como Abecedarium Nordmannicum.
Se sabe que el propio Rabano se interesó por las runas, como lo atestigua su tratado Hrabani Mauri abbatis fuldensis, de inventione linguarum ab Hebraea usque ad Theodiscam (Sobre la invención de los idiomas, del hebreo al alemán), que identifica a los idiomas hebreo y alemán ('Theodish') con sus respectivos alfabetos.
El texto original del poema rúnico fue destruido en el siglo XIX por los productos químicos que se suponía debían preservarlo.
El momento de su escritura estuvo marcado por contactos cada vez más importantes entre los reinos francos y Dinamarca, que requerían de intérpretes para los intercambios económicos y políticos, lo que explica la presencia de runas nórdicas en un pergamino escrito en unciales carolingias.