Clero refractario

Los obispos franceses dudan en aceptar el principio electivo que establece la ley y piden la opinión al papa.

En caso de que no lo hagan perderán sus cargos y sus puestos serán cubiertos mediante elección.

No sucede lo mismo con los obispos que en su mayoría emigran y en sus cartas pastorales condenan a los constitucionales, elegidos en lugar de los titulares, llamándolos "cismáticos e intrusos".

Sin embargo, grupos de refractarios seguirán recorriendo Francia, celebrando misas clandestinas, bautizos y matrimonios e incluso algunos obispos ordenando sacerdotes.

[8]​ La situación de los refractarios no se regularizará hasta 1801 con la firma del Concordato entre la Iglesia Católica y Napoleón Bonaparte.

Vitrina de una iglesia católica de la Vendée de 1863 que representa a un sacerdote refractario escondiéndose de los soldados
Vitrina de una iglesia católica de la Vendée de 1860 que muestra a un sacerdote refractario celebrando una misa clandestina