Todos ellos resultaron hundidos en combate durante la Segunda Guerra Mundial, salvo dos unidades, el Miyuki que resultó hundido en una colisión en 1934, y el Ushio, que sobrevivió a la guerra pese a ser repetidamente dañado por otros buques, ataques aéreos e incluso baterías costeras.
En su momento fueron los destructores más potentes del mundo, no solo por su velocidad (38 nudos) y autonomía, sino por una potencia de fuego notablemente superior.
Junto a eso, estaban equipados con los temibles torpedos Tipo 93 en tres montajes triples.
El I es el diseño original encontrado en el Fubuki, donde las torretas eran el Modelo A, con una elevación máxima de 40°, y ambos cañones emparejados.
UU., fue embestida y hundida por el Amagiri, mientras participaba en una misión de suministro del Tokyo Express.