Desde 1984, desarrolla actividades académicas y profesionales con Aurelio Nuño Morales, Carlos Mac Gregor Ancinola, y Francis Sáenz, en su oficina de arquitectura Despacho Nuño, Mac Gregor y de Buen Arquitectos S. C..[4] Siendo su padre un ingeniero civil especializado en cálculo, en algún momento de su vida pensó en dedicarse a las matemáticas, inclinación que cambió para hacerse arquitecta, estudiando en la Universidad Iberoamericana.
En esa escuela, su vocación se consolidó ante los retos del dibujo, su afán por ver las cosas construidas, pero más que nada debido la expectación propia del proceso creativo inherente a la arquitectura.
Sin embargo también cree que las influencias se dan y obtienen en el día a día, en la práctica cotidiana, siendo todo cuestión de identificarlas y aprovecharlas.
[5] La sociedad con los arquitectos Carlos Mac Gregor y Aurelio Nuño, inició formalmente en 1984, conformándose un despacho que ha sabido afrontar nuevos retos en donde no hay proyectos pequeños y por lo tanto aceptando todo tipo de trabajo, lo que ha hecho que tengan una práctica tanto variada como interesante.
Sin embargo, al trabajar desarrollando muchas propuestas de infraestructura y teniendo una visión particular del entorno urbano, se consideran a sí mismos, como “tejedores de ciudad”.