La antigua Casa de Armas daría paso a la posterior Ciudadela.
El baluarte se levantó en 1574 por temor al peligro de ataques turcos, no obstante, ya antes existía allí un inmueble con el mismo destino que, según asegura Escolano.
El Padre Tejedor que, historiador y religioso del convento de Santo Domingo, explica las incomodidades y dificultades sufridas por el convento dada la vecindad con la casa de las armas, ya que, al encontrarse en ruinas la torre de la Espuela, contigua a la puerta de la Mar y junto al convento, los jóvenes subían por ella y se paseaban sobre el muro hasta la puerta del Real molestando a los frailes en sus celdas.
La torre desapareció con la construcción del nuevo baluarte en 1574, siendo virrey el marqués de Ondear.
Esta fama explica la obligada visita de los reyes cuando venían a la ciudad.