Un ciudadano o ciudadana es un concepto jurídico, filosófico y político que ha sido usado desde tiempos antiguos y a lo largo de la historia, aunque no siempre de la misma manera, pero en general designa a una persona física que es parte de una sociedad o entidad territorial.
También se indica que los menores y los sirvientes no son ciudadanos propiamente dichos, sino que lo son en cuanto pasan a ser miembros de la familia de un ciudadano.
El concepto aparece en las primeras sociedades sedentarias y estatales, regidas por códigos legales escritos.
En las sociedades preestatales no existe un análogo claro de este concepto, al ser la mayor parte sociedades relativamente igualitarias y con una organización social simple y sin códigos legales escritos.
Su pequeña variante reside en quiénes merecían ser ciudadanos, pues para los romanos estos eran todos aquellos que habitaran en la civitās ('ciudad' en sentido amplio), de un padre y una madre que fueran ciudadanos, y a los cuales se les otorgaban derechos.
Sin embargo, la ciudadanía romana se podía perder principalmente por tres motivos: porque un hombre libre cae en la esclavitud; porque el ciudadano cambia de civitās o de comunidad y por ser extranjero.
Al contrario, la antecede y la condiciona, idea que surge gracias al nacimiento del Estado moderno y después de la Declaración de los Derechos Fundamentales del Hombre que deja como consecuencia la Revolución francesa; haciendo que el concepto del ciudadano descanse en estos derechos políticos, civiles y sociales.
Cuando la ciudadanía no participa en la toma de decisiones, la mayoría de las veces las acciones del Estado son erróneas y llegan incluso a afectar drásticamente la ideología del país, sea directa o indirectamente.
La ciudadanía era, en este sentido, una actividad pública que tenía valor por sí misma y se consideraba incluso como la vida buena por oposición a la simplemente orientada a la satisfacción de necesidades".
El término «ciudadano» puede definirse de un modo general como «una persona que coexiste en una sociedad».
Un fenómeno conocido como la esfera pública, según el filósofo Jürgen Habermas, es un espacio entre la autoridad y la vida privada, en el cual los ciudadanos pueden reunirse informalmente, intercambiar opiniones sobre los asuntos públicos, decisiones de gobierno y proponer reformas.
[13] La ciudadanía activa se refiere a una filosofía adoptada por organizaciones e instituciones educativas que aboga porque los miembros de las empresas o el Estado tengan ciertas funciones y responsabilidades para con la sociedad y el medio ambiente, aunque los miembros pueden no tener funciones específicas de gobierno.
La ciudadanía activa puede considerarse como una articulación del debate sobre los derechos frente a las responsabilidades.
[14] A pesar de los esfuerzos ministeriales realizados durante las últimas décadas en Chile, los grupos de estudiantes siguen vinculando la formación ciudadana casi exclusivamente al ámbito político, lo que si bien es coherente con el enfoque minimalista descrito en la bibliografía especializada, se contrapone al enfoque maximalista que se promueve desde el currículo escolar, retrotrayendo la situación al currículo promovido durante la dictadura.
[14] Algunas organizaciones intergubernamentales han extendido el concepto y la terminología asociados con la ciudadanía al nivel internacional,[15] donde se aplica a la totalidad de los ciudadanos de sus países constituyentes combinados.