Cuando se aplica a la ciudadanía transnacional, un individuo tendría la oportunidad de participar cívicamente en múltiples sociedades.
Los ciudadanos transnacionales están marcados por múltiples identidades y lealtades entre dos o más países, todos ellos en los que han creado redes considerables de funciones diferentes.
Con el crecimiento y la distribución de la tecnología, más personas en todo el mundo han llegado a establecer relaciones personales entre sí.
Los antiguos encuentros formales regulados por el Estado son ahora sustituidos por interacciones modernas informales y más frecuentes.
Todos los diferentes tipos de individuos funcionan dentro del mismo sistema, y eventualmente se forman identidades nacionales colectivas.
Por otra parte, los ciudadanos transnacionales viven en el contexto de dos o más sociedades que difieren en tamaño, alcance, poblaciones, leyes, moral y códigos culturales.