Este escritor estadounidense es uno de los más prestigiosos autores de la narrativa actual.
La novela Ciudad de cristal se enmarca dentro de la llamada La trilogía de Nueva York, tres libros cuya trama transcurre en dicha ciudad y unidas por ser una revisión de la novela negra y el género detectivesco: Ciudad de cristal (1985), Fantasmas (1986) y La habitación cerrada (1986).
La trama de Ciudad de cristal se inicia con un hecho que le sucedió realmente al autor: una llamada errada en mitad de la noche de alguien que pregunta por una agencia de detectives, llamada que se repite hasta que el protagonista, Daniel Quinn, afirma ser la persona buscada y se ve involucrado en el caso.
En la realidad Paul Auster nunca afirmó ser un detective, pero sí quedó prendado de las posibles consecuencias que habría tenido el haber afirmado lo contrario.
[1] El libro es, en sí mismo, un fantástico guiño a El Quijote de Cervantes, del que Paul Auster afirma ser un ferviente admirador; la novela comienza como una novela negra clásica al igual que El Quijote comienza como una novela de caballerías, para ir creando poco a poco una opresiva atmósfera y unas circunstancias adecuadas (multitud de molinos de viento que se desvanecen casi tan rápido como los de la novela cervantina) para que el personaje se vaya diluyendo en una revisión de las típicas preocupaciones del género postmoderno.