Cómo el nombre ya da a entender, es un sistema que se regenera a sí mismo cuyo componente principal se denomina elemento activo, que puede ser un tubo de vacío o un componente de estado sólido como, por ejemplo, un transistor.
El receptor regenerativo fue inventado 1912[2] y patentado en 1914[3] por el ingeniero eléctrico estadounidense Edwin Armstrong cuando era estudiante en la Columbia University.
Su capacidad a demodular no solo la AM, sino también la telegrafía (CW) permitió la iniciación de varios radioaficionados y futuros ingenieros que escuchaban las transmisiones con este receptor.
Eso significa que dos receptores regenerativos relativamente cercanos uno de otro, interferiran en las escuchas respectivas.
El juicio duró doce años, y terminó en la Corte Suprema de los Estados Unidos.
El circuito sintonizado permite una retroalimentación positiva solo a su frecuencia resonante.