Al inicio de la primera Intifada, en 1987, fue cerrado por las autoridades israelíes y permaneció abandonado durante 23 años.
Su padre decide entonces donar sus órganos a un hospital israelí, salvando así la vida de seis niños.
[1] La historia conmovió Israel, y el realizador alemán Markus Vetter decidió plasmarla en el documental Heart of Jenin, rodado en el lugar de los hechos.
La sala se estrenó con la proyección de Heart of Jenin, la película que originó el proyecto.
Pero las deudas acumuladas y una deficiente planificación económica estuvo a punto de hacer tambalear el proyecto.