La ejecución siguió de inmediato a la orden, enviándole nosotros entonces terniones y cuaterniones en volúmenes preciosamente trabajados.[5] Sobre la traducción de "terniones y cuaterniones en volúmenes preciosamente trabajados" (ἐν πολυτελῶς ἠσκημένοις τεύχεσιν τρισσὰ καὶ τετρασσὰ διαπεμψάντων ἡμῶν) hay varias interpretaciones: San Atanasio de Alejandría se refirió a otra petición de copiar la Biblia: “Yo le envié volúmenes que contenían las Sagradas Escrituras, que me había ordenado preparar para él” [6][7] Esta petición a Atanasio se pondría entre los años 337-339.[8] Se especula sobre la cuestión de si este encargo habría motivado el desarrollo del canon bíblico.[13] Westcott y Horta argumentaban que el orden de los libros bíblicos que Eusebio hace en su Historia Eclesiástica (III, 25) no se ve reflejada en ambos códices, lo cual sería extraño si hubiese sido el mismo Eusebio quien hubiese mandado hacer estos códices.Por esto piensan que no sobrevivió ninguna de las cincuenta copias hasta nuestros días.