El nombre del paraje es una contracción de «Ciudad Vieja», muy posiblemente referente a la antigua Murgi.
Es aquí de donde debe provenir el topónimo Murgi, emparentado con otros topónimos ibéricos como Astigi, Lastigi u Olontigi, y que según Caro Baroja vendrían a nombrar asentamientos fortificados sitos en altos, cuyas poblaciones acabaron descendiendo, como sucedió con el actual El Ejido.
Como fuentes epigráficas, Murgi cuenta con nueve inscripciones latinas de entre los siglos I y III d. C.: una monumental, una votiva, dos honoríficas, una honorífica-funeraria, dos funerarias, dos indefinidas y varios tituli picti sobre ánforas.
Por otra parte, se habla en un fragmento de la tribu Quirina, a la que podría estar asociada la ciudad.
El ingeniero aficionado Andrés Ramírez Franco descubrió un extremo del mosaico [2] y puso inmediatamente el hallazgo en conocimiento del concejal Juan Llerena, que ordenó su inmediata protección.
Se trata de un mosaico compuesto por teselas irregulares en azul, negro, rojo y blanco, propia del siglo III.