Churchill Crocodile

Desde el principio de la guerra, hubo experimentos con el montaje de lanzallamas en vehículos británicos; lo que llevó a desarrollar vehículos como el Cockatrice, el Basilisk y el Wasp (este último, un lanzallamas instalado sobre un Universal Carrier).

El equipo lanzallamas fue producido como un complemento que los técnicos del cuerpo de ingenieros podían instalar en el campo, convirtiendo cualquier Churchill Mk VII disponible.

El equipo de conversión consistía en el remolque, una tubería blindada instalada en la parte inferior del tanque y en el proyector (que reemplazaba la ametralladora Besa) montado en el casco.

Por lo tanto, el Crocodile todavía podía funcionar como un tanque artillero, con su cañón QF 75 mm montado en la torreta.

Utilizado por unidades de la 79 División Blindada en coordinación con el tanque Churchill y otros Funnies, el Crocodile era un arma de asalto efectiva, cuya amenaza podía inducir a las tropas enemigas a retirarse o rendirse.

Por otro lado, se usó con mucho éxito contra los búnkeres, bastando algunas ráfagas incendiarias para dejar a las tropas enemigas fuera de combate.

Un Mark VIII se exhibe en el Museo del Real Cuerpo Blindado Australiano.

Remolque con combustible del Churchill Crocodile, Museo del Ejército Real Australiano (2007)
El lanzallamas del Crocodile, fotografiado durante unas pruebas en abril de 1944
Un Churchill Crocodile en el museo del Día D, Portsmouth (2008)