Sus medidas tradicionales son nueve centímetros para la copa y trece para el ala.
[1] El nombre deriva de achupalla, una planta bromeliácea común en ciertas zonas del campo chileno.
[2] Con el material de esa planta, los artesanos empezaron a trenzarla.
Su versión de fieltro fue bautizada como sombrero corralero para ser llevado por el huaso elegante.
Derivó del sombrero cordobés de origen andaluz durante la época colonial del Imperio español (1600-1810), cuando los llegados introdujeron en la Zona Central la costumbre de usar sombrero para evitar las quemaduras solares por su piel blanca.