Al igual que otras similares «danzas de pañuelo», el chocolate deriva de la zamacueca, siendo su nombre probablemente tomado de una letra de moda de esta última,[2] como también lo fueron otros bailes de la época llamados Don Mateo, El Alza que te han visto, El Pajarito, El Punto, El Torito, Las Tirambas, etc. Se trató de un baile muy popular durante las guerras de independencia, al punto que el oficial español Ramón Soler en su novela histórica Adela y Matilde o los últimos cinco años de la dominación española en el Perú, lo menciona como «uno de los nombres con que se distinguen las diversas danzas del país», señalando además que «estas composiciones se parecen mucho, todas consisten en describir ochos, entradas y salidas escobillando, y concluir con círculos zapateando, ya que siga el caballero a la dama, ya que él la preceda [...] es el pañuelo el que juega con la gracia y coquetería propia y exclusiva de estas graciosas criollas».
[5] Es un baile de pareja suelta con pañuelos en que los bailarines zapatean[6] y se mueven en direcciones opuestas.
La mujer hace los mismos movimientos pero ahora en sentido contrario, pero no bate los brazos como lo hace el hombre.
La versión más conocida es la que difundió el folclorista y cantautor Héctor Pavez y que fue recopilada por él mismo en Chiloé en la década de 1960.
[cita requerida] Existen variaciones en la letra y en la velocidad, pero todas mencionan al chocolate a un toro bravo.