En ellas se instaló, desarrolló y difundió la cueca,[3] así como el folclore en general.
El término proviene del quechua chinkana, 'laberinto'[4] —otras fuentes lo derivan del verbo coloquial 'chingar' («beber frecuentemente vino o licores»)[5]—,[1] y que en la época del Chile colonial se usó para designar aquellos lugares donde se jugaba y sociabilizaba, se bebía, comía, cantaba y bailaba.
[8] El historiador Gabriel Salazar concibe las chinganas como un espacio en el cual se gestaron las identidades populares.
[1][10] La presencia de mujeres denominadas «cantoras» era habitual pues aportaban la música, el canto y el baile.
Desde el siglo XX, las chinganas y ramadas empezaron a denominarse fondas,[12] limitando su proliferación en la actualidad a las Fiestas Patrias,[1][10] además de tener características distintas a las de las antiguas chinganas, conformándose en conjunto con cocinerías, chicherías y otros establecimientos que tocan música envasada y comercial.