Aunque Elizondo contrató a un compositor español, su zarzuela buscaba representar las tradiciones y el folklor mexicano separándose de las composiciones hechas en España, donde surgió el género.
Fue un famoso escritor de los géneros dramático, humorístico lírico y periodístico.
Después se trasladó a Puebla, donde trabajó en el Congreso estatal como taquígrafo con el general Mucio P. Martínez.
Fue en esa etapa de su vida cuando inició su interés por las obras teatrales, así que con frecuencia se trasladó a la Ciudad de México para asistir a los estrenos del Teatro Principal.
En cuanto pudo, cuando tenía alrededor de 20 años, se mudó a la capital.
Con el apoyo de sus amigos Luis G. Urbina y Rafael López entró a trabajar en la Secretaría Educación y Bellas Artes, en la secretaría particular de Justo Sierra.
En 1904, cuando se concluyó la zarzuela Chin-Chun-Chan Porfirio Díaz era el presidente de la república.
En el mundo del teatro también se produjo un cambio la zarzuela era el género de moda: desplazando de alguna manera a la ópera ya que esta era más atrevida, el idioma era el español y las historias involucraban al “pueblo” o al “peladaje” como le llamaban algunos.
Fue tanto su éxito que competía en audiencias con las primeras manifestaciones del cine.
En aquel lugar se presentan grandes números musicales entre ellos el más famoso es el de las “Telefonistas del amor”, las cuales cantaban la siguiente letra, escrita por Elizondo: | Aquí está ya el teléfono de nueva invención | Que sin hilos produce comunicación.
Los personajes de la obra fueron varios, pero en la noche de estreno los principales eran tres: el papel del chino falso interpretado por el gran actor Paco Gavilanes; el papel del chino verdadero interpretado por Manolo Noriega y el papel del vendedor de charamuscas interpretado por la actriz Esperanza Iris.