Así, por ejemplo, Rodrigo Caro anota que el lexicógrafo alejandrino Pólux comenta en su obra Onomasticón que "el cindalismo es juego de bolos, y no sólo valía hincar uno en la tierra arcillosa, sino también después de estar fijado, derribarlo dándole en la cabeza con otro bolo."
El morrilo es un canto rodado o una piedra a la que se ha dado una forma cilíndrica y redondeada en los extremos.
Habitualmente suele ser totalmente lisos aunque algunos, y estos son los mejores, tienen llave (pequeña hendidura para apoyar el dedo pulgar y sujetar mejor el morrillo).
Su peso por tanto depende de sus dimensiones, fluctuando entre 500 gramos y hasta 3 kilogramos.
Esto se debe a que los morrillos tradicionales, tras varias partidas de juego, si estas trascurren en terreno pedregoso, puede llegar a partirse y la elaboración tradicional de los mismos es mucho más laboriosa que si ésta se hace de metal.
[5] Los cuernos se colocan uno enfrente de otro con las puntas dirigidas al lado contrario desde donde se efectúa el lanzamiento, ofreciendo el lomo del cuerno al tirador.