El chacha-warmi (hombre-mujer) es un neologismo en lengua quechua utilizado para referirse a un código de conducta basado en el principio de dualidad y de lo complementario en los sexos Este principio es el que regía el matrimonio de los aimaras desde la época precolombina, que siempre tuvo una naturaleza monógama.
Se apela al chacha-warmi para reivindicar la equidad de género como forma de vida entre mujeres y hombres, y alcanzar el equilibrio y la armonía de la convivencia humana.
El modelo del sistema político andino se sustenta en el ejercicio alternativo del poder local y en torno a la representación de la pareja (chacha/warmi) y está basado en un pensamiento ideológico comunitario de unidad y hermandad, necesario para que el sistema de administración del poder político haga cumplir el principio de equilibrio entre el género masculino y femenino en todas las instancias y en todo ámbito.
[2] «El género es fundamental en el área andina porque todo es par, todo tiene una pareja y es complementario, es una filosofía natural andina» explica la comunicadora Marianela Díaz investigadora y autora de la tesis “Desarrollo Chachawarmi, lógicas de género en el empoderamiento de la comunidad aymara de Corpa Machaca".
[3][4] En Bolivia, en el marco de los llamados "procesos de descolonización y despatriarcalización" iniciados con la constitución de 2009 de Bolivia se están creando nuevos monumentos en el país cuyos protagonistas son una reivindicación a este principio de dualidad chacha-warmi[5] en el que si visibiliza a las mujeres indígenas que también lucharon: Túpac Katari-Bartolina Sisa; Túpac Amaru-Micaela Bastidas; Zárate Willca-Aida Aguilar,[6] etc.