Era a su vez esposa del sol, Sué (Zhúa o Súa), y compartía funciones con el dios Nencatacoa.
En otra variante de la mitología de la zona, Bachué, madre generatriz del pueblo muisca, fue convertida en la luna para acompañar a Sué.
[2][3] Chía representa el matriarcado y lo defiende del patriarcado.
Su culto está relacionado con la fecundidad de la tierra, los placeres mundanos y la fertilidad sexual.
Tanto Sué como Chía estaban enlazados a los grandes señores.