Bachué

Entre estas sierras y cumbres se hace una muy honda, de donde dicen los indios que a poco de como amaneció apareció la luz y creadas las demás cosas, salió una mujer que llaman Bachué y por otro nombre acomodado a las buenas obras que les hizo Furachogua que quiere decir mujer buena, porque fura llaman a la mujer y choque es cosa buena, sacó consigo de la mano un niño de entre las mismas aguas de edad de hasta tres años y bajando ambos juntos de la sierra a lo llano, donde ahora está el pueblo de Iguaque, hicieron una casa donde vivieron hasta que el muchacho tuvo edad para casarse con ella, porque luego que la tuvo se casó, y el casamiento tan importante y la mujer tan prolífica y fecunda que de cada parto paria cuatro o seis hijos, con que se vino a llenar toda la tierra de gente, porque andaban ambos par muchas partes dejando hijos en todas, hasta que después de muchos años estando la tierra llena de hombres y los dos ya muy viejos se volvieron al mismo pueblo y del llamando a mucha gente que los acompañara, a la laguna de donde salieron, junto a la cual les hizo la Bachué una plática exhortando a todos la paz y conservación entre sí, la guarda de los preceptos y leyes que les habla dado que no eran pocos, en especial en orden al culto de los dioses, y concluido se despidió con singulares clamores y llantos de ambas partes, y convirtiéndose ella y su marido en dos muy grandes culebras, se metieron por las aguas de la laguna, y nunca más aparecieron por entonces, Si bien la Bachué después se apareció muchas veces en otras partes, por haber determinado desde allí los indios contarla entre sus dioses, en gratificación de los beneficios que les había hecho.

La misión de Bachué era poblar la tierra y, por eso, comenzó a ser fecundada por él.

El lago los devoró con un gran bostezo; inmediatamente, ella se convirtió en serpiente y, por esta razón, para los chibchas este animal simboliza la inteligencia.

En las noches de luna, los nativos acudían a la laguna a llevarle ofrendas y podían observar a la culebra asomar sus brillantes ojos sobre la superficie del agua, para ver las hermosas copas doradas, los utensilios y adornos de oro, que recibía de buen corazón.

Por esa razón, es común encontrar formas de reptiles, lagartijas, renacuajos, lagartos y ranas entre sus adornos.

A estas últimas las divinizaron y, en adelante, las consideraron como símbolo de fertilidad.

Monumento a Bachué o Batchue, por Luis Horacio Betancur, en Medellín ( Colombia ).
Bachué es la diosa generatriz de los chibchas (Bachué, la diosa de la raza humana, escultura de Rómulo Rozo . 1925. Talla en granito. Fotografía de la galería Mundo.