De la decoración original se han perdido un gran espejo bávaro y la chimenea prusiana.
También podría resultar anecdótica la afición que los hippis y beatniks que visitaban o vagabundeaban por Madrid desplegaron en torno a la década de 1970, reuniéndose o refugiándose en el local.
[2][5] La Alemana sería frecuentada por funcionarios de la embajada americana, toreros como Luis Miguel Dominguín, actrices como Ava Gardner o literatos como Ernest Hemingway,[a] aunque su principal clientela a lo largo de su existencia ha sido el muy diverso personal asociado a la vida del Teatro Español y los ateneístas de la vecina calle del Prado.
[6][7][8] De esos diversos círculos surgirían variopintas tertulias a partir de 1923, con animadores como Ramón del Valle Inclán, Enrique Jardiel Poncela o María Guerrero.
[10] Mediado el siglo xx tuvo en sus mesas rincón poético Gloria Fuertes, y ya a finales de ese siglo se hizo frecuente cierta clientela relacionada con el cine (Álex de la Iglesia, Silvia Marsó, Fernando León, Candela Peña), y Pilar Miró la usó como decorado en una de sus películas, siendo asimismo escenario de varias series y anuncios.