En la parte exterior del edificio, se encuentran una serie de dieciséis plafones sobre la historia de la fundación del hospital, y en el interior un múltiple temario ornamental que se extiende por el pavimento, muros, techos y columnas de la planta baja y el primer piso, donde se encuentran las salas nobles.
Domènech i Montaner daba una gran importancia a la cerámica, de la cual era un entusiasta y estudioso.
Esta visión hizo crecer su estudio e interés por la recuperación y el coleccionismo.
Fueron destacados coleccionistas como Gallissà, Ramón Casas, Rusiñol o Mariano Fortuny, quienes compartieron sus conocimientos de la cerámica de reflejos metálicos con el barón Charles Davillier,[nota 1] un destacado hispanista, especializado en dicha cerámica.
En este contexto, Domènech tenía delante de él la mejor oportunidad para desarrollar un programa integral que diseñó detalladamente.
Destacan otros elementos como los tímpanos colocados en las puertas interiores o los aliceres en colores planos, pero rematados por unas piezas circulares con varios diseños que fueron confeccionadas por la fàbrica Pujol i Bausis.
Para romper la monotonía había baldosas con motivos florales: rosa, margarita, laurel, acanto o castaño, en colores suaves, intercaladas de forma regular.
Las pechinas de las bóvedas contienen un conjunto de emblemas, algunos con un mensaje iconográfico y otros heráldicos que se pueden observar así mismo en otros puntos del conjunto modernista.
Todo el conjunto abarca unas tonalidades cálidas y suaves que se integran con el rojo de los ladrillos de los arcos ligeramente apuntados que separan las bóvedas entre sí.
[5] Los dos últimos recogen la inauguración del propio hospital, datan de 1923 y fueron realizados por Lluís Brú.
Se ha respetado literalmente los textos de los paneles que están escritos en un catalán anterior a la normativa impulsada por Pompeu Fabra.
[14] La cerámica exterior es la que había sufrido una mayor agresión por la climatología y ciertos elementos interiores han sido sacrificados a lo largo del tiempo para adecuarlos a necesidades funcionales del hospital (instalaciones, reformas de espacios, etc.) En el caso del mosaico, las piezas ubicadas en zonas interiores no han tenido prácticamente intervención, al estar muy bien conservadas, pero los paneles exteriores y otros elementos singulares, como algunos pináculos, han sido objeto de una consolidación y reposición de teselas.