En la fachada del mismo centro se encuentra un memorial al igual que una exposición sobre el programa nazi.
Paul Weindling explicó en 1989 que hubo varios elementos en Alemania desde la I Guerra Mundial preocupados por la "degeneración" de la pureza racial alemana y que culminó con la inauguración en 1927 del Instituto de Antropología, Genética Humana y Eugenesia Kaiser Wilhelm.
[4] El producto con el que fueron gaseados se obtuvo en cilindros de tamaño estándar proporcionados por la compañía química IG Farben.
Esto provocaba una humareda espesa de olor acre perceptible para la ciudadanía.
[7] A medida que la población era consciente del proceder en el hospital, aumentaba la oposición al programa.
Ante estas reacciones, Adolf Hitler anunció en 1941 que se aplazarían las "eutanasias".
Sin embargo, las actividades se reanudaron en 1942, en esta ocasión el equipo médico estuvo al mando de la enfermera Irmgard Huber.
En un principio pretendían juzgar al equipo médico del hospital (médicos, enfermeros y personal administrativo) que mantenían en custodia acusados del asesinato de 15.000 pacientes alemanes.
Diagnosticados como tuberculosos, fueron trasladados a Hadamar donde serían exterminados en los últimos meses de la guerra.
Puesto que estos civiles eran ciudadanos de los países aliados, la fiscalía estadounidense tuvo luz verde para poner en marcha el proceso.
El tribunal militar estuvo formado por seis hombres, los cuales fallaron las siguientes sentencias: ejecución en la horca para Alfons Klein (administrador jefe), Heinrich Ruoff y Karl Willig (enfermeros).
Dos miembros del equipo administrativo recibieron penas de 35 y 30 años.