[6][7] Ante tales expectativas, sus familiares decidieron darle sepultura junto al muro meridional del cementerio católico de San Sebastián, abierto ese mismo año.
Posteriormente, se procedió a cercar el reducido espacio que circundaba dicha inhumación al objeto de evitar posibles profanaciones.
En todo caso, las buenas relaciones que por entonces había entre el nuevo régimen español y el Gobierno británico se reflejaron en la mayor apertura hacia los protestantes locales por parte del Ayuntamiento linarense que, muy probablemente, impidieron la desaparición del cementerio.
Su interior, distribuido en dos patios a distintos niveles, se organiza al estilo del típico jardín inglés de inspiración oriental, con profusión de plantas: rosales, geranios, árboles frutales, acacias y poblados cipreses.
Sobresale entre estos el del ingeniero británico Reginald Bonham Carter, conocido en la ciudad como «don Regino».